Bienvenidos a mi blog.
En él os voy a contar mi experiencia como voluntario en Angola. ¿Qué tiene de especial? No lo sé. Yo soy un médico de familia y de emergencias que he sido "invitado" a Angola para "echar una mano". Os invito a compartirlo conmigo.
No sé lo que me espera pero seguro que será algo bueno. Un saludo.

martes, 30 de agosto de 2011

El Regreso

Ya estoy en casa.

El viaje ha sido pesado. Realmente hemos estado 3 días viajando.

Me ofrecieron la posibilidad de volver a Luanda (la capital) en avión pero preferí ir con el grupo en coche (4x4). No me arrepentí en absoluto; es todo una aventura. Y no quiero con ello decir que fuera cómodo.


Salimos de Luena a las 4 de la mañana del día 23 (martes). La carretera nos era conocida en su primer tramo. Buracos y más buracos. El coche de Mauro se quedó atascado y hubo que remolcarlo con un cable que llevan todos estos coches (parecen pensados para Angola) en el frontal. En 2 horas recorrimos 50 kilómetros. No fuimos despacio, no creas. De hecho alguna compañera llegó a decir que si seguíamos a este ritmo (infernal?) mejor la dejábamos en un hospital para que la trataran de sus dolores de columna. Y tenía su lógica porque todo era botar en el asiento.

Fuimos en dirección norte por las provincias de Lunda Norte y después Lunda Sul hasta llegar a Malanje y finalmente a Dalatando, donde hicimos noche en una casa salesiana. 17 horas en el coche.

El camino nos sirvió para ver la “evolución” del color de la tierra (pasó del rojizo – arcilloso al blanco – calcáreo), atravesar lindos ríos de aguas transparentes, de notar el cambio en sus carreteras y pasar de miserables “caminos de pinares” llenos de socavones de piedras a carreteras tipo comarcal con pequeños tramos de tierras bacheada a buenas carreteras de dos carriles (con aislados socavones).

También pasamos un pequeño puerto de montaña con su cambio de temperatura y su aumento de humedad. Fueron notándose los cantos de los pájaros (que curiosamente eran muy escasos en Moxico ,la región de la que es capital Luena).

La vegetación fue también variando y desde los árboles estilizados y con copas planas pasaron a ser paisajes de baobacs hasta llegar a la costa.

Esto no sólo me hizo disfrutar del cambio sino que me recordó que yo había pasado todos estos días (y por lo tanto os lo había transmitido) en la región, con diferencia más pobre de Angola. Una zona muy tranquila, muy dañada por la guerra, feliz de su final, pero a la que aún le queda por recorrer un largo camino que ya están recorriendo otras regiones (lástima de cambio de gobernador...)

Según te acercas a la costa comienzan a verse torres de alta tensión (se genera normalmente en saltos hidroeléctricos, que también hay en Moxico).

También van en aumento los mosquitos, que de aquí a unos días, con las primeras lluvias, comenzarán a ser muy abundantes, con sus patógenos correspondientes.

Al día siguiente salimos de Dalatando y pasando por el colegio de Dondo y por otro internado para niños sin recursos y niños de la calle, llegamos a la capital.

Ahora el aspecto de la capital era distinto del primer día. Hoy ya me parecía una gran urbe, no por los servicios que presta sino por la gran aglomeración de gentes, la proliferación de empresas (chinas y multinacionales) y el tráfico infernal. La impresión primera es que está avanzando, que van corriendo. Los que lo viven piensan que se lo están vendiendo al mejor postor (o sea al que más dinero deje en el bolsillo del gestor de turno sin importarle que gran parte de su territorio esté pasando a manos extranjeras). Aquí sí que parece un país rico. Los angolanos (angoleños en español) se jactan de la gran riqueza en materias primas que posee el país (petróleo, oro, diamantes) sin darse apenas cuenta de que ellos siguen siendo pobres de solemnidad mientras sus dirigentes no saben ya donde gastarse tanta riqueza.


Nos despedimos con tristeza del grupo de Roma. Saludamos con alegría a mis compañeras de España que nos hicieron una sabrosa paella de cena-despedida.

A las 5 de la mañana del día siguiente (jueves) salimos para el aeropuerto. Otra nueva despedida en el aeropuerto de Filiberto, Manolo , Luis e Inmaculada (cooperantes) y nos metimos en el avión. No por las ganas de volver a casa dejamos de sentir de nuevo esa sensación de delincuente que tienes cuando pasas los exhaustivos controles aeroportuarios.

El vuelo fue más agradable que el de la ida, porque teníamos cine individual (muy variado). Llegamos a Lisboa tras 8 horas. Con 5 horas más de espera cogimos la conexión a Madrid. A las 0 horas del viernes estábamos en Barajas. Cristina se quedó en Madrid y Laura y yo cogimos un Autobús Alsa a la 1,30. A las cinco estaba en Valladolid.

De nuevo en casa.

Ahora a reencontrarme con la familia, con los amigos, con los compañeros. ..

¿Qué contarles? Que la experiencia fue buena, interesante. Que no sabes si sería de utilidad repetirla. Que sería más interesante ir, después de este conocimiento previo, con un proyecto más definido, con una “misión”. Sin querer cambiar casi nada pero con algo concreto que te sirva de meta.

Y sobre todo que es una experiencia que, como ocurre con el café moruno, hay que dejarla reposar para sacarle todo el sabor.



PD: Es posible que aún escriba un par de artículos que tengo en la cabeza y en el escritorio. Para mantener la emoción, no creéis?

viernes, 26 de agosto de 2011

Mucha policía...

La policía y Los milicos

En un país arrasado por dos guerras enlazadas que en total duraron 40 años (la guerra más larga de África) lo que más me asusta, sin duda, son la policía y los militares.

Pero no os engañéis. Cuando hablas con la gente te dice que está bien, porque si no se pone orden, después de todo lo vivido, esto sería un caos. Se mantienen entre el miedo y el respeto. Especialmente miedo les tienen los gatunos (los chorizos). Pero también la gente normal.


Sea como sea me asustan, no lo puedo remediar.

Y no sólo porque haya cantado en más de un concierto aquello de “mucha policía, poca diversión”. Cuando les ves grandes, negros, uniformados y con ese aire de suficiencia… te acojonas… como si a tu lado se hubiera colocado un gran mandinga jefe.

Llegas al aeropuerto y sientes que te miran como diciendo: “ande te crees que vas, calamar?”. Se abstienen de saludarte, “pa´qué”; y de decirte adiós, a pesar de que tú insistes constantemente en decir “obrigado, obrigado”. Ellos te miran y ponen cara de pez. Y tú piensas “si no lo hago obligado, sino porque quiero (que siempre dicen Víctor y Jorge). O como siempre dice Almudena : “yo siempre saludo, que mis padres se gastaron un dinero en darme educación. Si ellos no la tienen será su problema”.

En esto que ves correr a dos mandingas que se acercan al grupo y piensas: “si no te mueves no suelen atacar”. El que se movió fue uno sacando una foto para recordar el momento de pisar África… que puede que se convierta en el momento de pisar la primera comisaría de África.

Ahora ya de vuelta, puedo contar lo ocurrido el primer día.

Con la alegría de la llegada fuimos a visitar un colegio salesiano cercano a la sede inspectorial. Yo cometí uno de mis tantos errores. No cogí el pasaporte. Y nos llevó en el coche (por ir más rápido) Luis, un cooperante gallego muy majo.

La calle por la que salíamos estaba llena de agua por una rotura de una conducción. Parecía que vadeábamos el Orinoco (también por los olores). Callejeamos un poco y llegamos a una gran arteria (4 carriles: 2 y 2): circulaban a caraperro, con pitidos constantes, metiendo el morro del coche, colándose (una gran ciudad, vamos).

Salimos cuando podemos con tan mala suerte que nos encontramos de frente a una moto de la policía que iba delante de otro coche de policía (?? : muy mala jugada, como se anota en argot ajedrecístico).


Al frenar nos quedamos cruzados y cortando un carril. Da igual; el motorista se cruza más y corta un carril contrario. Sale del coche policial un negro inmenso como la noche. GRANDE. Además bien uniformado; de bonito. El motorista pide el carnet de conducir y se pira. El gran negro al ver que todos somos blancos nos pide los pasaportes.

Mientras tanto Luis, lógicamente nervioso, no para de preguntar “señor agente, qué infracción hemos cometido, nos paran porque somos blancos… “ etc.

No te preocupes. Yo no tengo el pasaporte. Le doy el DNI.

- Qué es esto?

- El carnet de identidad de España, soy español.

- Esto no sirve, esto es Angola, no es España.

- Ya lo sabemos, perdone, lo tenemos aquí en casa a 5 minutos, no se preocupe, lo traemos, (Llamad a Filiberto para que lo traiga, rápido)..

- Venga vamos a la DEFA (control de inmigración, la hemos cagado)

Madre mía: las rejas, las fotos, la pastilla de jabón….

- Pero espere hombre (decía Luis), si no hemos hecho nada agente (nos paran porque somos blancos, pero qué mala suerte. El teléfono de Filiberto no contesta…) Pero mire, tenemos el pasaporte en casa, ahora lo traemos

- A la DEFA.

Y a veces se producen milagros. Filiberto y Manolo (padres salesianos) iban a pie al colegio al que íbamos nosotros. Al ver el coche se preguntaron que qué sería lo que ocurría. Se acercaron y vieron el pastel.

- ¿Pero qué habéis hecho?

- Y yo qué sé, todo el mundo cruza por aquí, nos han parado por ser blancos.

- Que no puede hacer este giro, hombre.

- Si todo el mundo lo hace…

Después de identificarse ambos padres el negro entró en razón. Me devolvió el DNI. Me echó la bulla.

- Pero la multa se la ponemos.



Lo que suelen querer es que des una gasosa (la palabra la usan para denominar a las coca-colas, pero en este caso es para refrescarse ellos). Pero como lógicamente los salesianos están a educar no se pueden permitir entrar en la dinámica del soborno y la corrupción. Le pusieron la multa (100 dólares) y le retuvieron el carnet durante más de 3 semanas. Porque a pesar de ir varias veces a por él… no conseguían encontrarlo, (lógico que no lo encuentren si tú no “te acuerda” de refrescarles la memoria con la gasosa). Hasta que por intercesión (sin plata por delante, claro) de un trabajador que conocía a uno de la comisaría se lo han terminado por devolver.

Así que yo prefiero no ver a los policías.

Filiberto sí, porque cuando hay un engarrafamento (atasco) si llega un policía lo gestiona mejor (a diferencia de España, que cuando hay un atasco es porque hay un policía).

En el viaje de vuelta, en carro (coche) en cada límite provincial había un control de policía de tránsito. Ponían unos conos y pedían los papeles. Por suerte el coche de los salesianos está identificado (missâo católica) y les suelen dar de paso sin pedirles papeles.

En otros puestos se les veía sentados al lado de la zona de control pero no paraban a nadie, alguno incluso, si era avanzada la tarde, dormitaba.

Tú pensabas: “cómo puede estar durmiendo si está trabajando”, e inmediatamente repensabas… para lo que hacen y lo que molestan, es mejor que duerman…

lunes, 22 de agosto de 2011

Viva Angola!


Queridos amigos. Hoy por respeto me autocensuro. Leed entre lineas
Julião Fernando.  Éste es el nombre del delegado de Unicef para Luena.
Es católico y pertenece a nuestra parroquia.
Acudió por la tarde para hablarnos sobre los planes de  UNICEF para Angola y después le invitamos a cenar.
Ha supuesto un punto de inflexión en mi estancia en Luena. Por muchos motivos: por lo que nos contó y por lo que significaba lo que nos contó.
Después de hablarnos de su formación en Cuba (ingeniero agrónomo) y después haber trabajado en diversos puestos actualmente trabaja para  Unicef. Nos  hizo una  exposición  de la  situación de la infancia en Angola, de las prioridades y no prioridades del gobierno, de la sociedad civil, de las ONGs, etc.

Unicef da dinero a Angola según un plan de 5 años. Éste ha de ser aprobado en el congreso y firmado por ambas partes.  El dinero “soltado” depende de la realización de los planes. Esto garantiza (en parte) el cumplimiento.
Pero además de eso hablamos de muchas otras cosas.
Como uno lo recuerda  de memoria temo faltar  a la verdad (léase como una interpretación mía personal de sus “delicadas” palabras):
-          El gobernador de esta región tiene una amplia experiencia porque lleva 40 años en el puesto.
-          A  pesar de ello se encuentra con grandes dificultades y ésta  es la única ciudad que no ha arreglado aún los accesos por carretera… (dicen las malas lenguas –dudo de su veracidad- que el gobernador posee una flota de camiones y controla el transporte local –seguro que no es cierto-).
-          Después de grandes sacrificios, el gobierno regional está realizando una única carretera que va a… ninguna parte, a pesar de que su intención, evidentemente, es arreglar  las que van a la costa.
-          Que dicen personas que quieren mal a Angola y a su gobierno  que el presidente tiene la costumbre de cambiar las reglas del juego (según le van entrando las cartas). Después de las primeras elecciones legislativas y de aprobar la constitución él, por el bien del país, le pareció prematuro realizar unas nuevas elecciones generales (porque total las acababa de ganar con el 80% del apoyo electoral…)
-          Que la perspectiva de Angola , desde el punto de  vista de un angolano que la lleva en el corazón es … decepcionante.
Lógico que si yo tuviera hijos  los intentaría mandar (si es posible) a estudiar a Francia.

En fin, que este país mejorará, pero con el tiempo  (como casi todo... lo que no empeora).
Pues nada… a rezar.
Un abrazo a todos, que ya me duele la lengua.

domingo, 21 de agosto de 2011

Cangumbe

Hoy fuimos a Cangumbe.

Supongo que a poco que hayáis recordado los nombre de los pueblos os habréis dado cuenta de que todos van desde Mondongo a Redunde, pasando por Palangre.

zona de influencia del Centro de Salud

Fue un visita entrañable, y como suele suceder aquí, un poco entristecedora (al menos para mi).

En esta “comuna” dependiente de Luena, con poco más de 500 habitantes, pero a 100 km de ella, a la que se accede por una “pista miserables de tierra” que ellos llaman carretera, hace años (cuando los portugueses), eran los primeros productores de miel ¡del mundo!. Ahora las gentes producen para sí y poco más. Tienen varias construcciones fruto de la colaboración italiana, en donde querían situar una cooperativa (que no fue para adelante -falta de perspectiva-).

Además persisten varios edificios de tiempo de los susodichos portugueses (en los que no hay ninguna grieta, porque tienen unos cimientos como Dios manda) pero que están abandonados. Al lado están construidos y están en uso, edificios con similar finalidad que los abandonados, que fueron hechos en los 70 y que están todos para caerse!!??.

En el centro "las abelhas"(las abejas)


Aparecen para saludarte alegres niños y niñas que van “malvestidos”. Pero siempre alegres.

Tuvimos una reunión con las fuerzas vivas de la comunidad, en el salón de comunidad.

Con tan mala suerte que una joven de 25 años, gestante de 5 meses, se mareó.

Al caerse se montó “la fiesta”. La sacamos y la fiesta persistía. La llevamos a su casa pero el circo iba “in crescendo”. Tensión normal, temperatura normal, corazón normal. A esperar. Hacía movimientos “extraños” (ninguno sugerente de patología: HISTRIONISMO - Teatro).

Acuden 3 mujeres con un puñado de arcilla que mezclan con agua. Se coloca cada una a su lado y comienzan a darle friegas con el barro. Pregunto al “más lúcido”: “medicina tradicional”.



Al cabo de un momento acude el padre Luis con un té azucarado. Animado por el recurso y suponiendo que la joven ya estará más relajada puesto que el presumible beneficio ya se ha producido, le comienzo a dar el té y unos trozos de membrillo con azúcar. No os preocupéis del riesgo de atragantamiento porque la joven lo mastica y lo traga sin mayor problema (dudsa hipoglucemia). Poco a poco va recuperándose. Yo la sigo dando cachetes (un poco por todo… pero con cariño).

Se medio recupera: gestante, comiendo una vez día y con público… “blanco y migado: sopas de leche”. Que le den un huevo al día y carne a diario (Me dice P. Luis: no insistas, casi no saben lo que es eso y además no lo tienen…)

Comiendo me dice el padre Luis: “Seguro que creen que la curaron las friegas!” , “ yo la veía mal, además dicen que a su madre ya le ocurrió de joven”. Puede que sí, ¿Qué más da? Se ha curado!.

realizando animación
Por lo visto la profesión teatral, aquí también,  es hereditaria.

viernes, 19 de agosto de 2011

El día a día

Hola amigos.

Primero agradeceros vuestro cariño y apoyo recibidos a través de los comentarios y a través de correos electrónicos que me habéis ido mandado (sé que ha habido dificultades para enviar comentarios, etc.).

Supongo que habéis captado en mis comentarios que lo que cuento es aquello de la vida normal o de las fiestas que me ha sorprendido o que me ha resultado distinto de lo que todos nosotros conocemos y vivimos en España.

reunión al aire libre

Pero como podéis deducir llegar a Angola y comenzar a realizar tarea (en mi caso bien poca) implica realmente introducirse en una nueva dinámica, con sus horarios y con sus ritmos. Y al cabo de 2 semanas resulta que estás haciendo “vida normal”, con sus rutinas y sus extras.

En la medida en que he podido he querido realizar los más extras posibles porque en ellos descubres situaciones que no vivirías normalmente. Por eso siempre que puedo salgo con los chicos del VIS, me marcho de excursión con los “romanos” o voy a la Clínica de los argentinos.

Pero hay un día a día.

Implica levantarse a las 6,15. Tras asearte vas a las oraciones (porque me apetece, después de tanto tiempo). Desayunas (Matabishas – matas el bicho) a las 7.00. Haces la habitación, repasas algo y a las 8,15 vas al Centro de Saúde.

Saludas a los paciente que pacientemente esperan, saludas a los enfermeros que van llegando (siempre tarde) “Bom día Dorca, Anita, Ana Rosa, Inés, Jamba, Rita, Talita, Bonifacio…””Bom día señor dotor”. Como a las 9.00 comienzas la consulta. Me gusta sentarme como en segundo plano para que la enfermera realice la anamnesis, yo pregunto alguna cosa más… y me suelo levantar para explorar. A veces “arrastro” a la enfermera para que inicie ella la exploración. En los niños los síntomas son siempre los mismos (y si haces el interrogatorio dirigido más): fiebre, tos, diarrea y dolor abdominal. Le tocas la barriga (siempre timpánica), auscultas y… pones tratamiento. Al principio te resistes a que todo sean antibióticos y malaria pero… al final (y a veces con rehúses – vuelven a los 3 días-) van “pa´llá”

en mi habitación - mosquitera

En los adultos es un poco lo mismo: cefalea (universal en Angola), fiebre por la noche, dolores articulares, tos y dolor abdominal. ¡Como para acertar con el diagnóstico!

Se termina pronto porque es época seca (parece que con las lluvias se llena) y a las 12 saludas y te vas a comer a las 12.30. Si termino antes intento entrar en el laboratorio del centro para mirar al micro o “urdir” planes para que realicen alguna prueba sencilla. Pero mirándoles cómo toman el sol en el porche…

Después de comer (el ambiente es bueno con tanta y tan variada gente) te echas la siesta y estudias (os juro que de esta medicina tropical uno no se entera de nada y hay que actualizarse). Esperas a que conecten el generador para conectarte a internet y subir algún comentario al blog.


entrada de la casa


También suelo esperar con impaciencia (aunque nunca falla) el correo de Isaías. Como ya alguno de vosotros sabéis, Isaías es mi microbiólogo de cabecera. Es un salmantino afincado en Plasencia que ya me castigaba de residente, aunque yo prefería tomar café con Inmaculada (que es su mujer y mi compañera de residencia). Retomé el contacto con él antes de venir a Angola porque pensé (con buen criterio como se ha demostrado) que aquí hay que saber mucho de bichos. Él me ha animado a realizar alguna observación al microscopio y alguna prueba, aunque he de reconocer que mi falta de experiencia no ha dado demasiados frutos.

Cuando te conectas por fin a internet lo peor es subir fotos, (que se eternizan y eso que van superreducidas) y la mayoría de las veces echo en ello la tarde y no lo consigo.



Después espero a que Pili o Samuel se conecten al skype para hablar con ellos. Pero es otro castigo porque el video no va y muchas veces el sonido tampoco. Te pasas una hora diciendo “me oyes?, yo a vosotros sí””Pues nada Samuel, que papá no dice nada””QUE SÍ QUE OS OIGO””pues nada, que no estará conectado, espera, que ahora se le oye entrecortado…” Así un buen rato.

La cena es a las 8.00 y en la sobremesa, después de fregar (yo pocos días) o recoger, a veces jugamos a algo con el grupo de jóvenes italianos (Francesco, Francesca, don Francesco, Sara, Martina, Alesio, Ornella, Antonella y Joaquino) y con Francisco (un joven argentino). Y a las 22.30 cortan la luz del generador y lo mejor es irse a la cama para mañana retomar la actividad a las 6.15.
en Chicala



El grupo de italianos suele acercarse a las parroquias para participar en las celebraciones y sobre todo para hacer animación (juegos, actividades, etc) con los más pequeños, y también al colegio Don Bosco para animar algún aula o el recreo (sistema preventivo de Don Bosco, estando presente entre los niños para que mejoren). Y Francisco, el argentino, que se quedará aquí un año ya está dando clases.

Como veis no es tan romántico como pueda parecer.

Así que me voy a la cama que mañana hay que madrugar.

Boa noite.

miércoles, 17 de agosto de 2011

mis meninos



Mingo es un menino da rua.

Duerme en la calle. En la puta calle.

Suelen escoger solares deshabitados, detrás de las vallas nadie les molesta (normalmente). Se levantan al amanecer. No desayunan. Merodean y si pueden encontrar algo por ahí… se lo comen. No trabajan pero según me dice Mingo pueden ganar hasta 600 kwansas (no sé lo que tienen que hacer para ganar eso).

Ya os dije que a los meninos da rúa les conocía de Luanda. Filiberto se encargó de llevarme a “visitar” a un grupo al que les hace “seguimiento”. Sé que lo hizo para golpearme en firme. Al salir del hospital de Luanda les vimos. Habíamos ido a visitar a un joven de 30 años con 4 hijos al que estaban pendientes de operar de una hernia inguinal gigante (similar a la del coronel de Pantaleón y las visitadoras, creo) pero que no operaban porque nadie les “animaba” con 300 ó 400€.

Nos acercamos para saludarles. Les dimos la mano a los 4 que estaban (manos sucias, sucias. Ni Joaquín sabe lo que quiere decir esto). Uno tenía un pañuelo en la cabeza; parecía un pirata. Me pareció un buen “disfraz”. Estaban comiendo lo que parecían restos de pollo frito… frito en su día. Fili le preguntó al “pirata”:

- “¿qué te ha pasado ahí?”.

- “Llevaba una cesta en la cabeza y al cruzar la calle me atropelló un coche. No paró.”

- “Le miras?… (capotazo de brega)” me dice.

Me acerco a manos descubiertas. Le quito el pañuelo. Hematoma en sien derecha. Hematoma interesante en ojo derecho (ambos párpados), aún cardenalicio. Contusión costal baja izquierda, con hematoma, sensible a palpación, abdomen blando…. Vamos, un hostión.

Nos enseña una receta de un centro de asistencia del estado: Amoxicilina ¿? + Diclofenaco.

No lo ha comprado porque no lo puede pagar.

- ¿Tenemos de esto?, ¿que podemos darle?

- Sí. El antibiótico no parece que lo precise… por ahora. Le daremos Tramadol para el dolor.

- Vale, se lo traigo esta noche. ¿Todo bien? (dirigiéndose a ellos). ¿Dónde están los otros? Venga, luego nos vemos.

. . .

A Mingo le conocí el domingo pasado después del partido de fútbol. Tomábamos unas cervezas (como ya os dije) y se acercó junto a otros niños. Olía a “no sé qué”. A éste le miré bien. Tenía en la mano izquierda un trapo que tenía pegado a su nariz. En la otra una botella de agua (pero que luego descubrí que era gasolina). Sonreía. Sonreía. Con esa sonrisa de colgado, la misma que se te queda después de 6 cervezas. Me acerqué y les hablé. Le pregunté por el trapo y me acerqué más. Apestaba a gasolina. Con un movimiento rápido le quité la botella. “Esto es gasolina, esto naô e bué.., te deshace el cerebro, te lo disuelve”. El niño, al quitarle la botella hizo intento de recuperarla. Pero no le dejé. Yo no sabía qué hacer? Devolvérsela, tirarla, dársela a los amigos… esnifarla yo? Porque la situación era para eso. (¡Mirad qué cara de inocencia tiene!).

Hice una ronda (ahora que lo pienso… a quién se le ocurre más que a mí) oliendo las manos de 7-8 niños. “dáme tus manos, dame tus mano. Huele a gasolina…no ta bom, no ta bom””no, yo no soy , es éste, es éste… “

Al final tiré la botella. Él, con los otros, se fueron. Sin protestar, sin insultarme.



Hoy, por ser al cumpleaños de Don Bosco (nació un 16 de Agosto de 1815) había fiesta en el colegio. Después de 3 horas de estar en el patio nos fuimos en mototaxi al garito de marras. Al cabo de 2 rondas apareció. Él y sus amigos. Parecía que se alegraban de vernos.

- “Una foto!, cómo te llamas?”

- “Mingo”.

- Ven, Irigooooyyyen (arrastrando la eyyye, porque es uruguayyyyo), haznos una foto; este va a ser mi menino adoptivo (Igual que Manolo Ordoñez "adoptó" un recién nacido al llegar a Luanda, hace ya 10 años).



Le senté en mis piernas y Manu nos hizo la foto.

- Te huelen las manos a gasolina!! Te dije que no esnifaras más (¡qué fácil se dice! Si viviéramos en la calle quizás hasta nos habíamos quitado de enmedio).

Al poco llegan más meninos .

- ”Fede,cabrón, hay que hacer algo con esto, tííío”. Fede es un cooperante del VIS que realiza proyectos de agua.

- ”Ya lo estamos intentando. El obispo Tirso está moviendo hilos… pero las autoridades piden una “certificación” de que no tienen familia… o un permiso de los padres… para poder alojarles en una casa. Además tienen que querer ellos. Cómo te llamas? Mingo? Tienes que venir al centro, vendrás?”

Entre bromas (y veras) les digo: “no os tiréis un pedo porque explotamos y salimos por los aires…”


¡Otra foto, otra foto (dicen ellos; les encantan las fotos)!: se colocan todos los meninos cerca.

Y Mingo le dice por lo bajinis a su compañero: “Antes yo me he sentado en sus rodillas…”

martes, 16 de agosto de 2011

Hospitales

El hospitalLa residencia donde estoy alojado es una casa salesiana donde vive “la comunidad”. La comunidad la forman 4 salesianos, pero ahora mismo sólo están dos de los habituales. También hay otros 3 salesianos en formación. Y casualmente llegaron a la vez que yo un grupo de voluntarios italianos (de Roma y Turín).

La casa está al lado de la iglesia que regentan (de San Pedro y San Pablo). Es una casa sencilla, con habitaciones muy sencillas (pero tienen lavabo). Tiene agua corriente (raro en la ciudad) gracias a una perforación. Los sábados abren el grifo del exterior y se forman grandes colas de los vecinos de alrededor para recoger agua. Esta agua es de buena calidad y potable.



Junto a la casa también está el centro de salud. Es como un consultorio local. Hay unos cuantos enfermeros locales que hacen funciones de médico: pasan consulta de gestantes, de adultos y de niños. También se hace vacunación y curas de enfermería. En este tiempo de invierno (realmente es como de primavera en España, con 10-12° por la noche y 25° por el día) hay menos trabajo. Cuando llegan las lluvias aumenta la patología. Los enfermeros locales, que ya conté que son pagados por el gobierno, trabajan lo justo. Pasan la consulta “a toa” (o sea, a toda leche, metiendo a 2 pacientes a la vez en la misma habitación si es necesario) y terminan lo más pronto posible para poder salir a tomar el sol.

No se hace cirugía (ni menor, no me los imagino) ni se asisten partos. No he visto ninguna emergencia, aunque sí algún niño muy chuchurrío que hemos derivado al hospital. Y el primer día fui a “un domicilio”, es decir… a una choza, a ver a una anciana.

Porque en esta ciudad hay varios hospitales. Os aconsejo no poneros malos por aquí, por lo que más queráis. Pero hay varios.

Uno es la Maternidad. Allí siguen las gestaciones. ¡Tienen un ecógrafo!. Supongo que funcionará.
pasillo de la Clínica "argentina"

El principal es el “Hospital Central “ que es el que he ido a ver hoy.

Mentiría si dijera que me ha sorprendido (el primer día ya estuvimos en un hospital central en Luanda). Pero me ha entristecido.

Fue construido en los años 70 pero se está cayendo. Y no porque lo diga yo, sino porque me lo cuenta un enfermero “chefe”(jefe) que nos lo está enseñando. Nos lo enseña con gusto porque es amigo de Paulino Vitete, del que ya os hablé. Y a la vez nos va presentando a los médicos de los distintos servicios.

Los médicos y enfermeros amabilísimos. Se presentan, se alegran de verte (al menos aparentemente). La mayoría son angolanos. Algún coreano del norte. Los cubanos deben de estar comiendo. “- Muito trabalho? -Muito” (mucho trabajo?. Mucho). No lo parece.

El ala de cirugía la intercambiaron hace unos años con el de medicina interna porque un día se cayó un cacho del techo (todavía se ven los ladrillos sin reparar, no tiene bovedillas) aunque no mató a nadie (dice). Por miedo cambiaron los quirófanos. Ahora están como dice Ana “como un hospital robado”. Las grandes grietas se ven en todos los techos y en todos los rincones (en tiempo de lluvias esto tiene que ser realmente peligroso). Pero la construcción no es lo que más impresiona. Es la falta de limpieza (no necesariamente suciedad). Son las paredes con desconchones, los pocos enfermeros y menos médicos, las camas viejas con colchones enfundados de plástico, sin sábanas (porque se las llevan) y las que hay…. Los techos altísimos, las puertas dudosas, los cables a la vista, los enfermos arrebujados en mantas viejas... el olor.



Lo peor de Angola es el olor.

El radiólogo te enseña y te cuenta que tienen dos aparatos de rayos; uno no funciona porque… sí que funciona pero es que… bueno, tenemos este otro que hace de todo (nos ha jodido!!, es el único que tienen)…pero se fundió la bombilla y ahora no pueden definir la zona de la placa… bueno radian todo y ya está. (toma!). Me lo cuenta como diciendo… si puedes me traes una.

Mi amigo el Dr Joao pasando visita

Aquí el mantenimiento de los aparato es NEFASTO. Cuenta Gastón, un salesiano argentino de la comunidad, que aquí se gastan una pasta en una Caterpillar (excavadora) y cuando se para (salvo que sea por falta de combustible) la dejan abandonada porque nadie sabe repararla. Los voluntarios del VIS (una ONG de los salesianos de Italia), que viven independientes en una casita cercana, tenían una placa solar en su vivienda que les daba electricidad cuando se les acababa la corriente del generador. Los electricistas locales intentaron sacar otra línea eléctrica y la fundieron. Ahora la tienen parada porque nadie sabe nada de placas solares. Sí, este país necesita Técnicos capacitados. Pero para eso hay que invertir en formación y estudios.

sala de ingresados

Por lo demás el hospital está organizado bien. Tienen una zona de urgencias con camas de observación. A las 24 horas pasan (si es necesario) a su planta. Después tienen alas de Medicina interna, Cirugía y Ortopedia (trauma), Pediatría, Análisis y Hemoterapia (kAF). Después un bloque para niños desnutridos y otro para infecciosos (están con epidemia de sarampión desde hace más de un año). Un mortuorio y un centro de formación de enfermeros -que no es lo mismo-(dan los dos cursos de nivel básico y los dos de grado medio, con lo que salen siendo “enfermeros”).

Además de los centros de salud (consultorios locales en los barrios) también está “la Clínica”. Es un pequeño hospitalillo con 30 camas, que está regentado por unos médicos argentinos, misioneros protestantes. Tienen amistad con los salesianos y ellos me los presentaron. Les pregunté si me dejaban y me invitaron a ir a su clínica “de residente”. Ya he ido 2 días. Me han ayudado mucho por motivos varios. Tienen una visión médica y su formación es bastante buena. Están un poco obsesionados con la malaria pero trabajan bien. Tienen laboratorio propio que ayuda mucho. La clínica también tiene sus camas que dan un aspecto decrépito, sin sábana, llevándose los pacientes la comida. Pero da más confianza.


La dulce Adriana atendiendo

De todas las formas os diré lo que solía decir mi amigo Isaías (del que os hablaré otro día) respecto del hospital de Plasencia, pero en esta ocasión referido a estos hospitales: “Si un día me despierto y estoy ingresado en uno de estos centros.. pensaré que ha habido una guerra nuclear y que todos mis amigos han muerto”